Es posible que en el momento de definir una estrategia de contenido no dispongas de toda la información que desearías. Pero esto ya no es una excusa. Hacer marketing digital también es gestionar la escasez de recursos, sean del tipo que sean, con habilidad e inteligencia.
Todos los estudios, análisis e informes que se publican sobre marketing de contenido son demoledores con las excusas: el coste es asumible, las métricas son incontables y el retorno de la inversión está más que demostrado.
Hay al menos tres excusas más, muy habituales, que tampoco justifican que tu contenido vaya sin rumbo, que no tengas una estrategia de contenido bien definida y documentada:
1.- “Somos nuevos”
Los nuevos proyectos, desde los emprendedores hasta los nuevos lanzamientos de grandes marcas, tienen que enfrentarse a entornos exigentes y desenvolverse en escenarios muchas veces desconocidos. Y esto puede usarse como una razonamiento que justifique hacer ciertas cosas a la ligera, como si la juventud de una marca determinara una falta de conocimiento generalizado.
Una estrategia de contenido, como elemento de la estrategia de digital, no puede definirse con liviandad. El conocimiento es valor y se trata de desarrollar el conocimiento en el momento de la definición de la estrategia de contenido y no después.
Quizás el conocimiento imprescindible es el de la audiencia, en toda su profundidad. Ya no es suficiente tener una segmentación demográfica, hay que conocer mucho más a la audiencia para que la estrategia tenga un destinatario claro.
No hay excusas para no conocer a la audiencia.
2.- “Somos del off ”
Las marcas que provienen del mundo off son conscientes de que la transformación digital es un reto exigente y que deben afrontar desde cambios tecnológicos hasta cambios culturales. Esta dificultad en la transición puede convertirse en un argumento fácil de esgrimir, en una especie de seguro para posibles desastres online.
Una estrategia de contenido, entre otras cosas, requiere un cambio de discurso tanto en la forma como en su fondo. Los compradores digitales esperan contenidos que les ayuden y no contenidos que les presionen para comprar. No se trata de convertir los folletos comerciales en papel en folletos comerciales digitales.
Una estrategia de contenido requiere una definición de un plan editorial. Y ese plan editorial es el resultado del encuentro de la propuesta de valor de la marca y de los intereses de su audiencia.
No hay excusas para crear contenido de marca hablando sólo de la marca.
3.- “Somos diferentes”
Cada marca debería de ser única y es exactamente lo que suelen pensar los responsables de cada marca: “Somos únicos”. Pero la presunción de ser único puede transformarse en una especie de licencia para hacer las cosas sin método ni rigor.
Una estrategia de contenido necesitará contenido, evidentemente, pero antes requiere pensar y analizar todos los componentes del tablero del marketing de contenido: el tono de voz de la marca, el público objetivo, los canales de distribución, los temas y formatos, y el proceso de toma de decisión de los usuarios.
No hay excusas para no seguir un metodología para definir una estrategia de contenido. Los resultados pueden ser desastrosos.
Y ya no quedan excusas.
Si quieres saber cómo definir una estrategia de contenido y llevarla a la práctica, este workshop para el 20.06.2017, impartido por Marcelo Arnone @marcelo_arnone CEO de MIXTROPY @mixtropy y nuevo profesor-asociado de FED Business School te pude interesar. Más información en este enlace de Eventbrite: https://estrategia-e-contenido-20-06-2017.eventbrite.es/